domingo, 14 de marzo de 2010

.-GATEANDO-.

Este sábado decidimos recorrer el arroyo El Gato, como es navegable solo por tramos, debimos descargar los botes en una zona primero, luego cargarlos y trasladarlos a otro lugar y desde ahí recorrer el resto.
Comenzamos en el puente que está ubicado en un camino vecinal de tierra, en este sector del arroyo pudimos remar unos pocos km. ya que está tapado por el monte, igualmente encontré gran belleza en el, a pesar de que hay mucho plástico enganchado en los árboles.
Encontré mucha actividad en el agua y en los árboles, acá el arroyo es bastante angosto, sobre todo aguas abajo del puente, corre entre barrancas no muy altas, tapizadas de vegetación.
Remar en este tipo de aguas ha de ser lo mas placentero que pueda pasarme, pienso regresar pronto, pero en solitario, a buscar quien sabe que, pero el paisaje me llama. Tal vez cuando tenga el bote nuevo, un slalom que encargué para poder recorrer estos lugares. Mi Cessna es un excelente bote, pero bastante pesado para acarrearlo solo en un ambiente con tantos desniveles y tanta vegetación.
Después de recorrer este sector del arroyo, cargamos las naves en el tráiler y nos fuimos hasta el puente sobre la ruta 20, aquí mientras el resto se quedó pescando, yo me fuí a remar aguas arriba, luego de recorrer mas o menos un km me encontré con una pequeña corredera, por lo que debí descender del kayak y pasarlo de tiro, pues era muy playo y el lecho estaba formado por arena y piedritas que lo iban a rayar.
Seguí aguas arriba y fué todo placer, encontré sobre las costas muchos sauces, muy grandes. El ancho del arroyo variaba de tener veinte o treinta metros a dos y medio a tres. En un momento encontré otra corredera, mas larga, en la que habia una pequeña corriente, muchas mojarras nadando en ella y un lecho de arena, los sauces, grandes todos, formaban sobre la corredera una galeria hermosa.
Y los infaltables sonidos del monte, el viento, las aves y el agua corriendo.
En total remé unos diecinueve km.
Lo malo fué que perdí mi caramañola de aluminio, las ramas se la llevaron. El resto todo bueno.
De la remada participamos: Marcelo, Marie, Agustín y yo, del paseo El resto de la familia Farías que se nos unió en el puente de la 20.
Un paseo mas, de exploración y camaradería, lejos del ruido y cerca de la naturaleza.

¡¡¡UN GUSTAZO!!!






El cabezón con su souvenir, haciendo equilibrio para poder remar y no volcar.




Fin del recorrido en uno de los sentidos, se puede sortear este obstáculo sacando los botes del agua y pasandolos por tierra, pero requiere de un esfuerzo que puede no justificarse ya que no se sabe hasta donde es navegable de ahí en más, por lo que desistimos. Las fotos satelitales nos indican que es muy poco mas lo que se puede navegar ya que el monte cubre al arroyo.




Aguas arriba del puente sobre la ruta 20, se pueden encontrar sauces muy grandes y en gran cantidad.
También está rodeado de barrancas que en algunos casos superan los cinco a seis metros.



El Cessna, elegí este bote para esta travesía por su tamaño, la longitud del Markopolo no es apropiada para arroyos con sectores muy angostos.








Si observan la siguiente foto se puede ver delante de la proa de mi bote la rodaja de árbol que pasó a ser mi souvenir.


Este es un trozo de árbol que encontré flotando a media agua, lo traje por su forma especial, termino en el baul del auto de Marcelo, se lo trajo Laura como adorno.


Este es el puente sobre la ruta 20


La flor del mburucuyá, un poco desteñida talvez por las grandes correntadas a las que ha estado sometida la planta.


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