domingo, 29 de agosto de 2010

.- Arroyo San Antonio-.











Acá se puede ver las formaciones de tosca que hay en todo el lecho del arroyo y a muy poca profundidad lo que obliga a remar atento para no lastimar el casco.
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Muchos lugares para desembarcar y tomar unos buenos mates




Hugo Sírtori, no sufras, lo raspé pero no mucho, ¡¡¡como raspa esta tosca!!!
¡¡¡Súper agresiva!!!


Doña vieja del agua posando para la foto.


Luego comenzó a moverse y ganó un poco de profundidad acercándose al kayak.













Esta es la tapia que me detuvo.


Intenté pasarla por agua pero el kayak quedaba apoyado sobre los gajos del sauce caído y no me fue posible avanzar.


Restos de un animal sepultado seguramente por sedimentación.



Salida del meandro, hermoso lugar.





Las correderas





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Esta pobre no tuvo suerte y murió, no se que víbora es.


Una culebra sobre el camino, se quedó inmóvil para la foto


Entrada a la aldea San Antonio.






La idea ayer era la de recorrer el Gualeyan y luego tomar rumbo al arroyo San Antonio y recorrerlo aguas arriba del puente sobre un camino vecinal que une la ruta provincial 19 con la 20. Debido al accidente de la cámara fotográfica, a esta parte del proyecto la suspendí.
Hoy temprano desperté pensando en la lluvia anunciada, escuchaba el viento y me dije, seguro que está para llover. Igualmente me levanté a eso de las siete y media de la mañana y me sorprendió el día, si bien no estaba a pleno sol, no parecía que fuese a llover.
Preparé el mate y me dispuse a contestar algunos mail que tenía y mientras crecía en mi cabeza la idea de completar el recorrido de ayer. Fue así que como a las diez cargué el "Machito", cámara fotográfica, GPS, mate agua y unas galletas y salí rumbo a la ruta 20.
Ingresé en el camino vecinal y llegué por este al puente sobre el arroyo San Antonio.
Descargué el kayak y zarpé aguas arriba, hace un tiempo atrás recorrí aguas abajo hasta donde se podía navegar y luego navegué un pequeño tramo aguas arriba, pero lo dejé para otra ocasión pues ese día estaba para llover y esas calles son de tierra y muy complicadas para transitarlas con barro, y menos en un auto tan bajo como el mio.
Les comento que es un arroyo hermoso, su lecho está cubierto con una tosca muy agresiva para el casco del bote y para los pies, además es muy poco profundo y las "piedras" están a muy poca profundidad, por lo que se debe navegar con cuidado para evitar rayones serios al casco.
El agua es transparente, hay mucha vida en ella, si bien no encontré tanta cantidad de peces como en el Gualeyan, acá había bogas mas grandes, de unos veinticinco a treinta centímetros de longitud y ademas encontré muchas viejas del agua, algunas pequeñas y muchas grandes, verán en alguna de las fotos una de ellas que se quedó posando para mi.
Hay también muchas aves y algunas tortugas.
El paseo fue corto, no alcanzó a tres km. el arroyo se va tapando por árboles que han caído y se hace difícil pasar, así mismo debí descender varias veces para pasar por pequeños rápidos que se forman debido a la poca profundidad y al lecho de tosca dura.
Lo breve del paseo fue ampliamente compensado por la belleza del lugar, la paz y tranquilidad que se logra en estos lugares es increíble.
Gran cantidad de cardenales, martín pescador, palomas, caseras, etc. hacen que uno se quiera quedar en esos montes, como dice el amigo Guarú, en esos espinales.
Luego de cargar el bote tomé rumbo a otro puente que aparece en las fotos del google, quería ver el lugar, lo encontré pero no es navegable, es muy angosto y hay muy poca agua. De ahí seguí hasta la entrada a la aldea San Antonio, pasé por el campo de un amigo y tomé rumbo a Gualeguaychú.
Fue un lindo paseo, el arroyo justifica el viaje, es muy bello y tiene muchos lugares en los que se puede descender a tomar unos mates y disfrutar de la naturaleza.