jueves, 27 de mayo de 2010

El Calco Distintivo

Algo que se hace con tanto cariño y causa tanto placer debe tener una tarjeta de presentación, así surgió este distintivo.
Con la colaboración de Marie llegamos a este indio kayakista que creo nos identifica.

UN INDIO, NEGRO, TAPE Y FELIZ

KAYAKISMO DE EXPLORACIÓN

No competimos, cuidamos la naturaleza tratando de no hacer daño ni cambiando los lugares a los que vamos. Y fundamentalmente vamos a conocer esos paisajes tan bonitos que tenemos por esta zona.
La caricatura es un plagio de un dibujo realizado por un Sr. Barreiro, y lo tomé de una revista para chicos de La Nación. Marie le puso el kayak y la pala.
Sr. Barreiro, espero no nos demande por este robo, en mi defensa solo le puedo decir que esto no es algo comercial, simplemente un sello en nuestra alma de kayakista.

¡¡¡Lo luciré orgulloso en mis naves!!!

miércoles, 26 de mayo de 2010

Hasta Paso Del Tala

Este martes 25 de Mayo había que salir a remar un rato por la mañana, así que después de despedir a mi hija menor, Lucía, que viajaba a La Plata, me subí al auto, cargué el kayak y las demás cosas y salí rumbo a la gomería primero pues se pinchó una cubierta del auto y durante la noche se desinfló completamente, así que debí cambiarla y ahí si salir, hacer arreglar la rueda y rumbo al puente Méndez Casariego, ahí bajé el kayak y todo el equipo y zarpé, sin mucha idea de hacia donde ir, solo sabía que hacia el sur, aguas abajo del Gchú. Empecé a remar y a tomar fotografías de distintos lados, muchas de zonas que ya he fotografiado antes, pero no importa pues si la naturaleza está de por medio, las fotos jamas serán iguales.
Me detuve en el muelle del frigorífico y saqué ahí algunas fotos, estaba todo muy tranquilo, nadie en el río, casi solo, así que se podía disfrutar de las aves de esa zona, otras que no son de ahí pero andaban realizando un vuelo en círculos, pasando varias veces por sobre el lugar en el que me encontraba.
De ahí seguí remando pero sin prisa,disfrutando del paisaje y de mi bote, jugando un poquito con el rumbo y la escora, el día estaba espectacular e ideal para remar en solitario. Al llegar a la desembocadura del arroyo Del Cura me decidí a entrar en el. Empecé a remar en el pero también sin destino fijo, hasta donde se me ocurriera ir y listo, terminé llegando hasta el paso Del Tala. La corriente era bastante importante pues el día anterior había llovido, así que bajaba agua de los campos, por momentos se ponía duro remontar la corriente. Aunque no sea de mucho caudal, su poca profundidad lo hace correr bastante fuerte, y mi Markopolo es tan largo que no es el ideal para este tipo de arroyos, igualmente se comportó de maravillas.
Al llegar al Paso Del Tala me detuve junto a una pequeñísima isla para tomar fotos del puente, se me hacía dificil pues la corriente formaba un remolino que intentaba arrastrarme hacia el puente desde donde venía el agua. Luego de las fotos me dejé llevar aguas abajo por la corriente, la deriva era de unos 4,2 km/hora.
Al llegar a una curva es "S" muy cerrada, el Markopolo no dobló en la segunda, así que terminé chocando contra un árbol que estaba caído en el agua, por suerte no volqué, pero se me quebró el mástil de la bandera, por suerte quedó pegada con la cinta scocht y la llevaba a la rastra, temí perderla, así que en la siguiente playa me detuve y la acomodé, de paso aproveché para almorzar, era una playita de arena muy limpia. Luego seguí aguas abajo hasta que pasé el puente de la Julio Irazusta, desde ahí en adelante ya la corriente se reducía y el empuje tambien.
Seguí suave, sin prisa. Llegue al Gualeguaychú y lo remonté buscando puerto. Al llegar al club Neptunia estaba el cabezón con Laura y los gurises, así que desembarqué y charlamos un rato mates de por medio, luego embarqué nuevamente para cruzarme hasta la rampa en la que me esperaba el auto, cargué todo y a casa.
Estuvo muy bueno, un día hermoso, muchas aves y peces. Hermosos colores otoñales en los árboles.
¡¡¡Muy lindo paseo!!!







Muelle del frigorífico, figura año 1944


Da mucha pena ver como se está destruyendo el muelle, y a unos edificios que están ahí, los está tapando la vegetación, ademas de tener los vidrios totalmente destruidos por esos dañinos que no tienen algo mas positivo para hacer.





Entrando en el arroyo Del Cura

Unas garzas eran las que iban y venían, acompañaron mi llegada al arroyo






Un pequeño descanso para tomar agua y atender una llamada telefónica



La palmera que estaba cayendo, se ha secado, seguramente al podrirse sus raíces caerá al agua

Al pasar por uno de los afluentes me detuve e ingresé un par de metros, son lugares protegidos por el monte, dan una tranquilidad!!!



Llegando al paso Del Tala.












Puente de la calle Irazusta


En esta playita arreglé el mástil de la bandera y almorcé













Un horno de ladrillos

sábado, 22 de mayo de 2010

Paseo en solitario por el río Gualeguaychú y arroyo La Capilla

Hoy sábado, después de dos semanas sin salir a remar me fui a dar una vuelta por el río Gualeguaychú. La idea era la de llegar hasta el arroyo la capilla y recorrerlo, ademas tenía pensado quedarme a pescar en el, en algún lugar que me gustara.
Zarpé temprano, antes de las ocho de la mañana estaba entrando en el agua en la rampa que está junto al puente Méndez Casariego. Como estaba para llover me coloqué el cubre cockpit y llevaba la capa a mano por si se ponía a llover con intensidad.
A los pocos metros de zarpar empezó a alumbrar el sol y me ilusioné, pensé que tendría un día sin lluvia. Me equivoqué, a la media hora de viaje se nubló totalmente y empezó a caer una llovizna, como estaba preparado, y para evitar mojarme que es algo complicado en esta época, me coloqué la capa y seguí remando hasta llegar al arroyo La Capilla. Entré en el y navegué hasta donde se puso complicada la vegetación, hubiese podido seguir un poco mas, pero mi idea era la de remar tranquilo y probar suerte con la pesca, así que regresé, como la valija con los anzuelos estaba en el tambucho de popa, debí buscar un lugar sin barro para descender y sacar los anzuelos y la carnada, la caña con el reel venía sobre la cubierta de proa.
Armé el equipo, encarné y tiré el ancla en medio del arroyo. Como no había respuesta decidí subir el ancla y dejarme llevar por el viento y la corriente hacia el Gchú. con la línea que venía detras mio. En un momento hubo un pique, pero se desapareció, así que seguí saliendo por el arroyo, una vez que llegué al río tomé aguas arriba un tramo hasta unas pequeñas playas con arena en la cual descendí y acomodé la carnada y volví a tirar el Pasternoster que estaba estrenando, mientras esperaba me puse a almorzar unas salchichas. El pique no se hizo esperar, a los poquitos minutos, la boya desaparecía de la superficie, recogí la línea y venía un bagre amarillo de buen tamaño. Lo desenganché, y como no había llevado el bichero en el que se mantienen con vida los peces hasta terminar la jornada de pesca, lo devolví al agua, me dio lastima matarlo. Así que ahí terminó la jornada de pesca, junté la línea con el reel y guardé todo, no me gusta lastimar a los peces si no los voy a comer y matar uno por si despues pescaba otro no me pareció bien.
Preparé el mate, bajé el banquito plegable que llevo en el kayak y me quedé un buen rato descansando.
Después seguí aguas abajo hasta la isla que está a margen derecha del corte, ahí me fui muy despacio mirando la costa, viendo los árboles y camalotes que hay en ella, después crucé hasta la boca del Venerato, en el entré un pequeño tramo y regresé al Gchú.
Al salir de ahí me dirigí a la curva del sur, en ella han realizado un canal artificial posiblemente para alguna arrocera, entre en el hasta el fondo, y salí nuevamente.
En eso llegó Marcelo que se había ido en el barco con un matrimonio amigo, me buscó por radio, yo llevaba mi handie, y nos encontramos un ratito, le dejé mi valija de pesca pues la de el se había quedado en el baúl del auto, charlamos dos palabras y emprendí el regreso a la ciudad.
Estuvo bueno, fueron mas de 27 km y siete horas y veinte minutos de paseo.
La pasé muy lindo, sobre todo muy tranquilo, voy a repetir el viaje para pescar, pero esta vez trataré de llevar el bichero.




El otoño está dejando su marca en algunos árboles.




Arroyo La Capilla, siempre distinto y siempre hermoso.






La vegetación se va cerrando.



Hasta aquí lo navegué, no quise seguir, hubiese pasado fácilmente pero no tenía ganas de eso hoy.







Este es el Venerato, en realidad es muy parecido a La Capilla.
Están muy cerca el uno del otro, por lo que es normal que sus costas estén cubiertas por el mismo tipo de vegetación.



Esta es la playita en la que almorcé, vean las raíces de los árboles que quedan al aire debido a la erosión del agua.






El color espectacular de este árbol. Se ven muchos con ese color debido al otoño.





Mi bote luciendo su bandera.