sábado, 28 de agosto de 2010

.-Ché Gualeyan, devolveme la cámara-.

Una escuela rural, imagino que en épocas de lluvia no existe otra forma de llegar que a caballo, con estos caminos es imposible circular con autos que no tengan doble tracción.
Un recuerdo muy especial para mi madre que fue maestra rural durante once años y llegaba a la escuela en sulky.
Maestra de primero a quinto grado, ordenanza y madre también de la actual escuela N° 80, zona Venerato, detrás de la estancia San Marcelo.
Barro, pajonales y esteros en su ruta.
El deber siempre cumplido, ¿faltar?, jamás.



Así es esta zona, caminos de tierra y monte, una belleza.


Puente sobre el Gualeyancito.


El arroyo viaja bajo un techo de árboles, hermoso!!!











Una boguita que posó para la foto, a pesar de la cicatriz sobre su boca, gozaba de buena salud.


Apenas, pero pueden verse pequeños peces.



Bogas tratando de vencer la corriente.



Cardumen.















En alguna de estas ramas quedó mi cámara, en cual no se.
Aquí la profundidad es de unos dos metros.










Aguas abajo del puente




Esta es la salida de los tubos en la que se encuentran gran cantidad de peces.
Las bogas tratan constantemente de ingresar en ellos luchando contra la corriente que es importante.

Sábado 28 de Agosto de 2010, me fui rumbo al arroyo Gualeyan, salí tarde pues debía hacer algunas cosas antes y como no tenía apuro, no importaba.
La idea inicial era la de llegar desde el puente carretero nuevo que va a Palavecino hasta el puente ferroviario abandonado y luego tomar aguas arriba hasta donde fuese navegable.
Sabía que las dificultades eran muchas para navegar el arroyo pues, ademas de correr, sus aguas están cortadas por árboles caídos, lo que dificulta mucho la navegación.
Una vez que llegué al puente descendí con el kayak al hombro hasta la costa, para lo cual utilicé las escaleras de hormigón que dejan en las cabeceras de los puentes, bastante complicadas y peligrosas pues los escalones están muy inclinados y el riesgo de resbalar es grande al estar con un poco de arena y pequeñas piedras.
Embarqué en la costa y me dirigí aguas abajo donde a pocos metros debía cruzar un pequeño salto de agua, no hubo problemas, el bote, (430 de Meridien) se comporta muy bien y me dejé llevar por la corriente, en esa zona es muy playo, por lo que la corriente se nota bastante.
A pocos metros empezaron las dificultades esperadas, árboles caídos que cortan el arroyo, así que debí avanzar pasando por debajo de algunos gajos y por encima de otros. No fue mucho lo que recorrí, ya a unos doscientos metros me encontré con una tapia de gajos y árboles que no era posible pasar, amarré el "Machito" y descendí, caminé aguas abajo para ver que seguía mas adelante, pues no se justifica sacar el bote y llevarlo por tierra un par de metros si a poco de avanzar debes sacarlo nuevamente. Lamentablemente comprobé que no es navegable pues las tapias se suceden una tras otra y lo peor, para regresar debes traer el kayak por tierra pues entre tanta rama, poca profundidad y corriente en contra, se hace imposible remar. Les aclaro que traer el kayak por tierra en esta zona es muy complicado, es todo monte bajo y muy cerrado.
Decidido a regresar al puente carretero para tomar aguas arriba, me puse el kayak al hombro y caminé por un sendero que estaba limpio. Pasé debajo del puente y tiré el bote al agua, acá, aguas arriba del puente, el arroyo es mas profundo, unos dos metros medidos con la pala, por lo que corre menos, le tomé unas fotos al Machito en el agua y al paisaje y embarqué, empecé a remar aguas arriba pero enseguida aparecieron los árboles y ramas tapando el arroyo, pude sortear varias, hasta que en una decidí tomar algunas fotos con el bote entre las ramas, como para documentar el tipo de navegación que se realiza en estos lugares. Dirijo mi mano al bolsillo en el que traía la cámara y ..... ya no estaba, se fue al agua la guacha, y lo peor de todo que no pude saber en que momento ni lugar, por lo que buscarla en un tramo de unos cien metros con dos metros de profundidad, muchas ramas y árboles en el agua y no mucho, pero algo de frío, desistí, me entregué sin luchar.
Lamento la cámara y lamento las fotos tomadas hasta ese momento.
Ya para ese entonces la bronca era mucha, parece mentira que un "muchachito" tan grande sea tan pelot...... pero bueno, ya está.
Intenté seguir un poco mas aguas arriba, pero me encontré con una tapia de árboles muy grande y la verdad que bastante amargado por el accidente, así que regresé y cargué el kayak y el resto de las cosas que llevaba. Como soy medio perro, decidí que mi día no debía terminar así, eran casi las doce y yo estaba regresando a casa. Para cambiar la suerte decidí ir en busca de otra cámara a un comercio de la ciudad y regresar, ya sin el kayak pues es muy complicado navegar en esa zona, pero si tomar fotos y caminar un poco por sus costas.
Pasé por casa, descargué el kayak y me fui directo a comprar otra cámara, digital pero de esas baratas nomas, como la que quedó en el lecho del arroyo. Una vez que tenía la cámara nueva pasé nuevamente por casa, preparé el mate y salí rumbo al arroyo, al llegar bajé, caminé las costas un rato, sacando fotos y tomando unos mates, miré el agua como tratando de ver algún reflejo de mi cámara, pero no se veía nada, un imposible con dos metros de profundidad y entre el monte donde el sol no incide directamente sobre el agua.
Luego subí nuevamente al camino y marché rumbo al puente sobre el Gualeyancito, que es un brazo de este arroyo y se une a el a unos pocos km. aguas abajo. También de gran belleza pues corre bajo el monte, en galería, tiene un lecho de arena y muchas curvas, lamentablemente también es casi imposible navegarlo pues está tapiado por árboles caídos, pero vale la pena caminar sus costas y, mas al verano, caminar sus aguas, ya que es muy poco profundo y se lo puede recorrer tranquilamente, eso si, llevar sangre extra para alimentar a los mosquitos....!!!
Lo que he podido rescatar es la belleza del monte, la gran cantidad de peces que hay en el agua, ya podrán ver en alguna de las fotografías y la variedad de aves.
La gran cantidad de bogas, bagres amarillos y viejas del agua, estas últimas muy pequeñas, de dos a tres centímetros de longitud, me sorprendió, y todos con buena salud, intentando pasar por dentro de caños que hacen las veces de puente justo debajo del nuevo puente de hormigón, y que seguramente lo utilizaron los camiones para pasar mientras se construía, la corriente es mucha dentro de los caños, pero estos animalitos intentaban una y otra vez remontarla, inclusive saltando fuera del agua como lo hacen los peces en los ríos de montaña. Las "viejitas" del agua se tomaban con su boca de las piedras de la costa para no ser arrastradas por la corriente, los bagres remanceaban y las boguitas desafiaban a la corriente, todo un espectáculo.
Si alguno de ustedes quiere ver las fotos de mi 430 en el arroyo, va, busca la cámara, mira las fotos y luego me la devuelve.
Mas al verano regresaré, quiero recorrer un poco mas ese arroyo cuando afloje el frío y uno se pueda bajar al agua para sortear las tapias. Eso sí, la cámara la llevaré atada.


¡¡¡CHÉ GUALEYAN, DEVOLVEME LA CÁMARA, NO SEAS CHUPAMENTA!!!

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