La lluvia de ayer me complicó el panorama ya que este camping tiene el acceso por calle de tierra, por lo que no es fácil llegar cuando llueve.
Igualmente, a eso de las nueve y media cargué El Chupamenta y los demás elementos y salí de casa. Llegando al lugar donde debía decidir que puerto utilizaría llamé por teléfono a un amigo que tiene campo cerca de este camping y le pregunté por la calle. Había llovido 20 mm, pero me dijo que seguramente se podría entrar pues se estaba secando rápido. Tomé rumbo al camping entonces, una vez que subí a la ruta noté la intensidad del viento, cruzado y bastante fuerte, el bote que no estaba atado para esas condiciones se empezó a mover muchísimo por lo que me detuve en la vanquina y traté de ajustarlo lo mas posible, pero igual seguía peligroso, (no salí preparado de abombau nomás, para ese viento y tengo problemas con mi porta equipaje) Mirando el cielo y escuchando la radio, decían que había posibilidades de lluvias aisladas, pensé, si entro al campo y me agarra un aguacero mientras estoy a dos o tres horas de kayak estoy sonado, así que ahí nomas desistí de ese puerto y me fui a otro camping llamado Puertas Del Sol, por ahí cerca pero con calle de ripio, eso sí, muy lejos del salto de Méndez. Igualmente me fijé como meta el arroyo Isleta, la idea era esa al menos, entrar por el arroyo hasta el fondo, comer algo y regresar, todo esto si el viento me lo permitía.
Y zarpé nomás, mucho viento y todo de "ALLÁ" así que por momentos iba chato, porque tengo una calidad pa´enganchar viento en contra que no se puede creer.
Me fui igual, ¡¡¡que puta!!!, pero en mi cabecita daba vueltas el regreso, como la voy a tener, prometía que bastante complicada, pero igual seguí. El río estaba muy bajo, encontré unos hermosos bancos de arena y el verde del monte ni hablar, espectacular, "una preciocé". Luego de dos horas y diez minutos estaba entrando por el Isleta, un espectáculo, hermosísimo, un amigo el otro día me decía que su abuelo siempre sostenía que el arroyo mas lindo de la zona era el Venerato, donde fui el domingo pasado, Lalo, son todos hermosos, el Venerato, La Capilla, El Cura, El Gualeyán, El Bellaco, El San Lorenzo, El Isleta, Etc. Etc.
Este arroyo hoy estaba hermoso, al estar bajo el nivel del agua quedan bancos de arena y playas que generalmente no se ven, además tiene su lecho cubierto de piedras lo que a pesar de ser peligroso para los cascos, es muy pintoresco pues estas afloran en muchos lados.
La vida es mucha, tal cual la de los otros arroyos, aves, peces, tortugas, etc.
Las aves hoy no estaban muy cantoras, el viento era muy fuerte y sacudía los árboles, por lo que se veían pero no cantaban.
A mitad de camino me encuentro con uno de los dos meandros que tiene, en el ingresé por una boca chica pero con mucha arena y muy playa, lo recorrí hasta el fondo en donde se corta pues el agua está baja, solo cuando está muy crecido se ha de poder salir nuevamente al cauce principal, en verdad nunca lo pude hacer, siempre debí regresar por donde ingresé, pero desde ya que no importa pues es hermoso.
De ahí seguí aguas arriba, disfrutando del paisaje, mucho monte y barrancas. Es notable como al quedar a la vista el lecho de piedras se puede observar en la barranca una capa de estas, de entre cincuenta centímetros y un metro de espesor y luego sobre esta, la tierra negra, muy rica, cubierta de vegetación y con un espesor de hasta cuatro o cinco metros, y en lugares mas aún.
Al segundo meandro no pude ingresar, estaba cubierto de árboles y no quería gastar toda la energía en el ingreso, siempre pensaba en el regreso. Seguí aguas arriba hasta que un árbol cortaba el arroyo totalmente y ya el lecho de piedras estaba muy arriba, así que tomé unas fotos, algún pequeño video y regresé unos metros hasta una playa en la que me detuve a comer. Hasta acá llevaba tres horas y cincuenta y cinco minutos remando, sin sacar el culito del bote, así que aproveché a estirar las piernas, comer unos sanguchitos como de costumbre y luego de veinte minutos monté el corcel y salí rumbo al Gualeguaychú.
El viento seguía de "Allá" por momentos se ponía bastante jodido, luego de media hora llegué a la desembocadura, crucé a los palos con el viento y me vine "despacito y por la orilla como sulky sin patente". Me vine cubriendo con la barranca, aunque como es tan zigzagueante nuestro Gualeguaychú, a cada rato estas viento en contra, y lo peor que cuando vas medio distraidón, de baba colgante, mirando algún árbol o pajarito, el sacudón del viento que te quiere arrebatar la pala y el movimiento nervioso del bote que te llama a la realidad.
Hubo lugares en que está muy limpio el campo en los que se ponía feo, feo, me daba para que tenga y guarde, pero yo le respondía agarrando la pala bien firme y remandolo con todo, con la palada hecha lo mejor posible dentro de mis posibilidades. Ahí marchaba lindo y sin peligro de vuelco, en estos casos si te distraes corres riesgo de darte vuelta.
Me encontré un pequeño arroyo a la ida, sobre margen derecha que no conocía, entré y lo recorrí, es muy cortito pero muy lindo. Es innegable que nuestros ríos y arroyos son una caja de sorpresas.
También pasé por "La Playa Dobson" ¿que tal? el lugar donde fuimos con el cabezón, Laura, Gustavo y señora y los gurises de Marcelo el día que nos visitó Gustavo. Es un lugar muy lindo.
Fueron casi 33 km y casi siete horas de navegación.
El viento molestó bastante pero estuvo bueno, ha sido una experiencia linda.
¡¡¡Los lugares buenísimos!!!
El lecho de piedras del arroyo, hoy a la vista por la bajante, talvez en la foto no se pueda apreciar, pero sobre la piedra está la capa de tierra de tres metros y mas también de la que se nutre la vegetación.
Todo piedras,a muy poca profundidad, esto nos da la ventaja a los kayakistas, podemos llegar a donde casi nadie mas.
Este árbol me detiene, del otro lado aún se puede navegar, pero pasar el bote y seguir unos cien metros más no se justificaba, además las piedras están muy a flor de agua y es una lastima arriesgar el casco.