De ida pasé por Neptunia y tome unas fotos del barco que se ha hundido, no se las causas, pero ese barco hace un tiempo está amarrado evidenciando haber tenido un choque importante, pues tanto en popa como en proa se ve el deterioro que ha sufrido. No se aun que fue lo que provocó el definitivo hundimiento, pues a pesar de los deterioros, flotaba perfectamente pues estos estaban todos sobre la línea de flotación. Tengo que preguntarle al cabezón, el ha de saber la historia.
Luego seguí río abajo, pasé por el nuevo emprendimiento que se está construyendo en la isla Libertad, también tomé un par de fotos y seguí mi camino.
Tenía un poco de viento en contra y las pequeñas olas me salpicaban pero no hacía frío así que no me puse el cubre cockpit.
Al llegar a la zona del frigorífico me acerqué a sus costas primero y luego a su muelle, fue en esas costas en las que se me dio por curiosear un poco lo que está detrás de los sarandíes (o sarandices o no se como mierda se dice). Al entrar en estos lugares empezás a ver un mundo nuevo, es muy interesante esto, se puede ver como son realmente las costas, cuanta mugre dejamos, si ha existido alguna construcción anteriormente, en definitiva, logro lo que me gusta del kayakismo, navegar, descubrir nuevos paisajes, hacer gimnasia y escapar de la vida diaria haciendo lo que me gusta que es visitar con mi bote este mundo "oculto" a los ojos del "hombre del shoping".
De ahí seguí un poco mas y entré en una pequeña ensenada junto a la guardería náutica de Tafernaverri, en ella desemboca un pequeño arroyito al cual le hicieron un puente.
Toda esta zona tenía mucha vida cuando funcionaba el frigorífico, inclusive los pescadores la utilizaban mucho por su muy buen rendimiento en la pesca ya que el agua del lavado de máquinas, mesas y demás elementos del frigorífico iba directo al río, y con ella mucha sangre y trozos de carne vacuna, por lo que el cebadero era muy importante.
Después de dar la vuelta dentro de esta pequeña ensenada seguí aguas abajo por la margen derecha del río, siempre muy cerca de la costa.
A la distancia vi un árbol que sobresalía del resto con unas frutas negras, era un "oreja de negro" y lo que parecían frutas eran las chauchas en forma de oreja.
Seguí y luego de un tramo crucé a la margen izquierda para acercarme a la playa que me había puesto como destino, "Los Paraísos", al llegar la vi fea, con algunas botellas plásticas y otros elementos, ademas, como es muy utilizada por pescadores y otros navegantes ha perdido lo agreste que es lo que me gusta de estos paisajes, así que retorné unos metros y desembarqué en una pequeña playa en la que está una boya que ha quedado ahí después de alguna creciente.
El lugar es muy lindo, está limpio y el monte es ideal para quedarse a acampar o a pasar el día, está oculto por el sarandi, por lo que desde el agua es muy poco lo que se ve, y en la playa hay mucha arena y está libre de desperdicios plásticos.
Luego de quedarme un rato y comer algunos sanguchitos monté mi corcel y regresé a puerto. Llegando a la ciudad pase por el club Regatas, me encontré con un amigo que está en la nueva comisión y vi el trabajo que están realizando, están dando vida a un club que se había convertido en un simple bar y guardería de kayak de un grupo de amigos que participan en regatas, pero ha perdido la parte social. Esta nueva comisión está tratando de aprovechar la playa, la está limpiando y recuperando para las familias. Tal vez yo no hubiese sacado los grandes sauces que había en sus costas, pero bueno.
De ahí me encontré con Cucho Rivas y un amigo de hace muchos años en Papaya, tomé con ellos unos mates y seguí mi camino, desembarqué en la rampa del puente Méndez Casariego, cargue mi 430 y me fui a casa.
Fueron algo mas de 14 km y cuatro horas de paseo.
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