Hoy había una brisa del este, suave así que el día prometía ser muy bueno.
El nivel del agua esta muy bajo, eso me gusta pues deja bancos de arena a la vista y se puede ver el lecho de los lugares en los que remamos con aguas mas altas. Esta bueno esto, me gusta!!!
Cargué todo temprano pues debía regresar también temprano por mi trabajo, para las tres o tres y media quería estar desembarcando, ya de regreso.
A las nueve y media estaba con el bote en el agua listo para zarpar.
Por suerte que llevé el carrito pues al estar tan bajo, la zona de abordaje está muy lejos de la costa, así que debí meterme con carro y todo en el agua hasta unos cien metros de la costa pues quedaba barado. Una vez que llegué a una zona de unos veinte centímetros de agua, desaté el carrito y lo amarré sobre la tapa del tambucho trasero, (no es desarmable, está construido a las carreras, ahora si, mientras disfrutaba de la sombra de un sauce en la playa donde me detuve a almorzar, estuve diseñando uno desarmable). Pensé que me perjudicaría mucho el llevar una carga tan alta, y si, se sentía el balancéo debido a lo alto del centro de gravedad, pero me gustó la idéa, es una forma de probarme sobre el bote y la verdad que estuvo muy bueno.
Tomé aguas arriba, hacia el puente internacional viajando por la ensenada Victoria, pasando entre el continente y la isla Ines.
Me había comunicado con Marcelo el día antes y el esperaba visitas, (kayakistas) así que se irian tambien para ese lado pero mas tarde, por lo que quedamos de encontrarnos. A eso de las once menos cuarto me llegó un mensaje al celular diciendome que prenda el handy en el canal 16 y preguntandome donde estaba. Respondí "en la playita de las rayas" que es donde desembarqué para almorzar. Pero luego de llamarlo por el handy no obtuve respuesta, ni se pa´donde agarró este "crestiano".
Me detuve en bancos de arena que han quedado a la vista, encontré en ellos muchas huellas de animales, un rastro de sangre en junto a unas de ellas, pero eran por suerte todas de animales, de homo de vez en cuando sapiens eran solo las mias. Si se ve que hubo cacería en la arena esa noche anterior por las huellas. También andaban doradillos cazando en los cardúmenes de sabalitos, se podían ver los saltos y las corridas en el agua y de vez en cuando el cuerpo dorado del cazador saltando fuera del agua.
No me había fijado una meta física determinada, la idea era la de ir remando, parar donde me llamara la atención algo y luego seguir, asi hasta encontrarlo al Cabezón y sus invitados. Así me fui acercando hasta la isla Ines, pensaba llegar a sus costas y luego regresar a saludar a un palista en un Sit On Top amarillo que andaba muy lejos de donde yo estaba, pero que me quedaba de camino a la draga, (al palista lo había estado observando con larga vista desde la playa mientras almorzaba, iba renegando con el rumbo pero se las bancaba.... jjaaj).
Resulta que al llegar a la isla me encuentro con uno de los arroyos que hay dentro de ella, navegable, por lo que ya seguí remando y me interné en el. Me llamaron la atención la cantidad de tarariras que habia y hasta un dorado que al ver el bote se dió la vuelta como para atacarme y luego se sumergió, andaba cazando el gaucho. En ese arroyo no se veian sabalitos, pero en otros lados si y muchos, muchísimos sabalitos en las zonas de poca profundidad, nadando con la aleta dorsal fuera del agua en muchos casos.
Me alegra mucho ver esta vida en nuestros ríos, aves, peces, tortugas, caracoles, etc. Es hermoso!!!
Al ir por el arroyo, a mitad de camino me encuentro con un brazo que sale a la izquierda, y ya me mandé por ahí, había algunos camalotes que están cortando el paso, pero aun no lo suficiente, así que pasé y desemboqué en un sector de la ensenada Victoria, para mi sorpresa y cierta preocupación, tocaba el fondo con la pala al remar, tan playo estaba que la popa del kayak tocaba el lecho, y lo peor de todo es que esa zona es totalmente sedimentária, la pala se hundía en un lodo muy blando. Automáticamente pensé, si quedo barado voy a estar en problemas ya que era imposible descender sin enterrarse en el barro, así que seguí remando con la punta de la pala, creo que había unos veite centímetros de agua. Esto duró unos cuantos metros, creo que mas de quinientos, despues lo voy a corroborar en el track del GPS.
Una vez que llegué al extremo norte de la isla frente a tierra firme regresé a Ñandubaisal.
En el camino se empezó a poner mas profundo y esto me dió mayor tranquilidad, luego de abanzar un tramo siento que el bote desliza sobre el fondo y se detiene casi de inmediato, era un banco de arena, miro a uno y otro lado y veo que es bastante grande por lo que decido descender y caminar con el bote de tiro, ahí si ya era arena muy limpia y el agua estaba transparente, me permitía ver el fondo con cierta claridad, me interesaba eso pues hay muchas rayas y no quería tener un accidente con estas chicas, igualmente caminaba arrastrando los pies y despacio, por ñlas dudas.
En esta parada saqué la botella de agua del tambucho de popa pues la que llevo sobre cubierta se me había acabado y el día estaba muy caluroso, el sol muy intenso. Así que despues de sacar el carrito que estaba sobre la tapa del tambucho, saqué la botella de agua, cargué la otra y seguí viaje, ahora con la reserva de agua en el tambucho de proa.
Pasé junto a unos pescadores, el saludo de rigor y tomé rumbo al Ñandubaisal.
Al llegar coloqué el carrito, me puse una sandalias que compré para no andar en pata corriendo riesgo de pisar espinas y vidrios y salí a la carrera con el kayak a la rastra, debía pasar la arena muy movida y suelta que me separaba del auto, horrible, llegué hasta el auto pero casi muero en el intento, un desgaste de energía impresionante. Creo que no voy a utilizar mas como puerto a esta playa, además andan con las motos de agua a todo lo que dan y la gente ocupa lo que se llama la naútica, que es para embarcaciones nada mas. Seguramente la proxima vez zarparé de otra playa que se llama "lo de Boari" que está sobre el río Gualeguaychú, cerca de la desembocadura, son unos km mas pero es mas tranquila, aunque debes pasar por prefectura y hacer el despacho, pero eso no me molesta para nada.
Bueno, es dificil contar lo que se vive en estos paseos, muchas veces no existe la forma de expresar lo que se siente. Acá simplemente he tratado de compartirles un poquito de lo bueno que se vive sobre un kayak.
Fueron 17,4 km y casi 6 Hs. de viaje.
Desde donde se ve a "El Malacara" hasta el agua debo traer el bote, esa arena que se ve está muy suelta, el carrito se entierra hasta el eje.
Lo que ha sido un alambrado para detener a los animales cuando el río ha bajado mucho. Ya no están los alambres, solo trozos de ellos colgando de los postes, postes que son utilizados de apostaderos por los biguaes.
En el agua que se ve en esta fotografía estaba un cardúmen de sabalitos y de vez en cuando se veia el ataque de los doradillos. Esto es muy poco profundo.
Acá se ve una persecución o una busqueda de un cazador (animal carnívoro) siguiendo a un carpincho pequeño.
Formación de tosca, muy común en esta zona, muy agresiva para los cascos, caminar descalso sobre ella es muy dolorido.
Toda la playa para mi solo, podía correr desnudo y con las manos en los bolsillos si hubiese querido. Jajajaj
Este tubo, comunmente llamado goyete de draga, sirve de vivienda o al menos comedor de algún mamífero, las huellas de entrada de animales que han sido arrastrados es notable, lo podrán apreciar en las siguientes fotos, se ve que anoché fue intensa la caza.
Espectacular lugar para acampar, creo que uno de estos viernes o sábados me vengo a pasar la noche y comer algun pescado a la parrilla o algun asado.
Mi nave, excelente kayak, estoy muy conforme con su navegación, lo único malo es su peso, hay que recurrir al carrito para desplazarlo en tierra, pero es un bote muy fuerte, de hermosas líneas, estable y con gran capacidad de carga.
Da gusto escorarlo o dejarse llevar por su estropada en un río planchado.
En el lugar que elegí para acampar, para no dejarlo al sol lo puse sobre el carrito y lo llevé a mi lado.
Larga vista que me regaló mi tío Abel, tienen mas de cincuenta años, son espectaculares. Con ellos me puse a mirar los desplazamientos de un amigo en un Sit On Top, (kayak abierto) que luchaba con el rumbo de su nave a mucha distancia de donde me encontraba.
Vean como salía la pala debido a tocar el lecho por la poca profundidad, es un barro sedimentário, muy blando.
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