Ayer, sábado 8 de Enero, mi día libre, decidí descansar, la verdad que estaba muy cansado, duermo poco durante la semana y el tipo de trabajo que realizo me desgasta mucho, así que llego al sábado muy cansado. Había puesto el despertador a las seis de la mañana pero cuando sonó lo apagué y seguí durmiendo, renuncié al remo, desperté nuevamente a las trece horas, me dolía la cintura de tanto estar en la cama, me levanté, encendí la compu, leí los mensajes, creo que respondí algunos y como seguía con sueño me acosté nuevamente hasta las veinte, mas o menos, otro recreo a la cama, cena y a la cucha nuevamente, así hasta hoy a las seis en que otra vez sonó el despertador, lo apagué, hice fiaca y como a las nueve me levanté. Cuando ya casi había renunciado a remar aparece mi hija Marie y me pregunta si iba a remar, ahí le contesté que si y cargamos todo.
Salimos rumbo a lo Boari, quería ir al Uruguay, el primero fuí y me quedo gusto a poco, así que nos fuimos. Ella no es muy amante de ir al Uruguay cuando está picado, su Baun 430, se enrosca, pierde el rumbo y la pobre lucha de ida y vuelta para llevarlo. Fue por esto que salimos hasta la isla de Los Cañones nada mas, fuímos hasta el extremo y como aun está algo alto el nivel, pudimos entrar en la parte que se está formando y que con este río permanece inundada.
El viento era bastante intenso del Este, es decir lo teníamos de frente. Al llegar al extremo de la isla me meto para navegarla por dentro, a los poco metros quedo barado y al bajar la pala para apoyarme en el lecho, toco un par de rayas las que salen rápidamente, el agua estába transparente pero no las había visto. Ahí le avisé a Marie sobre las rayas para que no fuese a bajar los pies o las manos para empujarse si se quedaba barada. Luego de eso me quedé pensando que pasa si sin querer le apoyas el bote sobre la cola, lo podrá lastimar la chuza????.
De ahí pagamos la vuelta, el viento nos llevaba y esa zona estaba demasiado playa para navegarla, el otro día había un poco mas de agua por lo que pude navegar sin problemas.
Regresamos aguas arriba por el Gualeguaychú hasta la playita que tiene esta isla en el extremo NO. Ahí desembarcamos y nos sentamos a comer algo y disfrutar del paisaje y a mirar como dos hombres en una lancha anclada a escasos metros de la escollera, sacaban un dorado atras del otro, alguno de un tamaño mas o menos interesante, por suerte los devolvían al agua inmediatamente.
Yo tenía el handy encendido en canal 16 y en un momento llaman desde Ñandubaysal que una lancha se había hundido al deprendersele el espejo, por suerte estaba en una zona en la que su tripulante daba pié y se quedó junto a ella hasta que llegó Prefectura, luego no se como terminó todo pues no se podía ver bien por la distancia que me separaba desde la isla hasta la playa del Ñandubaysal.
Luego de un buen rato emprendimos viaje de regreso, pasamos por Prefectura para avisar de nuestro regreso y nos cruzamos a la costa de enfrente para ingresar en el arroyo El Lorenzo, ya que Marie no lo conocía y es muy lindo.
Al llegar a su desembocadura ingresamos y remamos hasta donde la tápia lo permite, antes de llegar a ella atravezamos una tápia pequeña luego de la cual el arroyo está cubierto de un camalotal hermoso, formado por pequeñas plantas, lo que permite remar facilmente. Yo seguí solo hasta un lugar en el que ya se cubre demasiado con la típica tapia y regresé hasta donde me esperaba Marie, talvez si hubiese ido solo me aventuraba un poco mas, pero esas tapias son peligrosas porque puede haber alguna serpiente en ellas y no la quise exponer a Marie a eso.
Regresamos, cruzamos en línea recta el río Gualeguaychú y desembarcamos, descargamos todo de los botes y los pusimos sobre el auto, un ratito mas tarde estabamos saliendo de lo Boari rumbo a casa.
La remada fue muy corta, no llegamos a los once km, eso si, nos dimos un paseo de mas de cuatro horas en el río.
La pasamos bien y yo regresé sin acumular cansancio ya que luego de descargar los botes y las cosas, manoteé la bici, (mi otra hija me sacó el auto) y me fuí hasta la fábrica a realizar la taréa de todos los domingos.
Digamos que este fin de semana remé poco, pero dormir.... como 36 horas al hilo, con breves recreos para hidratarme y enderezar mi cintura.....jajajaj
Salimos rumbo a lo Boari, quería ir al Uruguay, el primero fuí y me quedo gusto a poco, así que nos fuimos. Ella no es muy amante de ir al Uruguay cuando está picado, su Baun 430, se enrosca, pierde el rumbo y la pobre lucha de ida y vuelta para llevarlo. Fue por esto que salimos hasta la isla de Los Cañones nada mas, fuímos hasta el extremo y como aun está algo alto el nivel, pudimos entrar en la parte que se está formando y que con este río permanece inundada.
El viento era bastante intenso del Este, es decir lo teníamos de frente. Al llegar al extremo de la isla me meto para navegarla por dentro, a los poco metros quedo barado y al bajar la pala para apoyarme en el lecho, toco un par de rayas las que salen rápidamente, el agua estába transparente pero no las había visto. Ahí le avisé a Marie sobre las rayas para que no fuese a bajar los pies o las manos para empujarse si se quedaba barada. Luego de eso me quedé pensando que pasa si sin querer le apoyas el bote sobre la cola, lo podrá lastimar la chuza????.
De ahí pagamos la vuelta, el viento nos llevaba y esa zona estaba demasiado playa para navegarla, el otro día había un poco mas de agua por lo que pude navegar sin problemas.
Regresamos aguas arriba por el Gualeguaychú hasta la playita que tiene esta isla en el extremo NO. Ahí desembarcamos y nos sentamos a comer algo y disfrutar del paisaje y a mirar como dos hombres en una lancha anclada a escasos metros de la escollera, sacaban un dorado atras del otro, alguno de un tamaño mas o menos interesante, por suerte los devolvían al agua inmediatamente.
Yo tenía el handy encendido en canal 16 y en un momento llaman desde Ñandubaysal que una lancha se había hundido al deprendersele el espejo, por suerte estaba en una zona en la que su tripulante daba pié y se quedó junto a ella hasta que llegó Prefectura, luego no se como terminó todo pues no se podía ver bien por la distancia que me separaba desde la isla hasta la playa del Ñandubaysal.
Luego de un buen rato emprendimos viaje de regreso, pasamos por Prefectura para avisar de nuestro regreso y nos cruzamos a la costa de enfrente para ingresar en el arroyo El Lorenzo, ya que Marie no lo conocía y es muy lindo.
Al llegar a su desembocadura ingresamos y remamos hasta donde la tápia lo permite, antes de llegar a ella atravezamos una tápia pequeña luego de la cual el arroyo está cubierto de un camalotal hermoso, formado por pequeñas plantas, lo que permite remar facilmente. Yo seguí solo hasta un lugar en el que ya se cubre demasiado con la típica tapia y regresé hasta donde me esperaba Marie, talvez si hubiese ido solo me aventuraba un poco mas, pero esas tapias son peligrosas porque puede haber alguna serpiente en ellas y no la quise exponer a Marie a eso.
Regresamos, cruzamos en línea recta el río Gualeguaychú y desembarcamos, descargamos todo de los botes y los pusimos sobre el auto, un ratito mas tarde estabamos saliendo de lo Boari rumbo a casa.
La remada fue muy corta, no llegamos a los once km, eso si, nos dimos un paseo de mas de cuatro horas en el río.
La pasamos bien y yo regresé sin acumular cansancio ya que luego de descargar los botes y las cosas, manoteé la bici, (mi otra hija me sacó el auto) y me fuí hasta la fábrica a realizar la taréa de todos los domingos.
Digamos que este fin de semana remé poco, pero dormir.... como 36 horas al hilo, con breves recreos para hidratarme y enderezar mi cintura.....jajajaj
Biguaes en la escollera
Marie navegando sobre la parte inundada de la isla
Nos encontramos un par de rayas, las toqué con la pala
Ya en la playita de la isla de Los Cañones
Marie disfrutando de la sombra
Ha sido un dorado de buen tamaño para esta zona
Entrando en arroyo El Lorenzo
Marie me sigue
Los eucalitos gigantes en una de sus costas
Camalotal
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