sábado, 15 de enero de 2011

-.Mucho Sol y Un Río Corriendo Aguas Arriba.-

Hoy, luego de un madrugón, salí rumbo al parque Unzue, la idea era la de zarpar desde una playita pegada a Papaya y tomar aguas arriba rumbo al arroyo Gualeyan, tomar por este y pasar el puente de la ruta 14 hasta llegar a una playita en la que desembarqué hace algún tiempo, comer algo, tomar unos mates, descansar y regresar a la ciudad.

Hace un tiempo que estoy buscando ver el Gualeyan bien bajo, para poder apreciar algunas formaciones rocosas que tiene en el lecho.

En esta oportunidad no fue posible, pues no solo que no estaba bajo el nivel de las aguas, sino que estaba creciendo.

Como bote utilicé el Markopolo, hacía bastante que lo tenía abandonado y decidí sacarlo, hoy le tocaba al “Rey”.

Para las siete y cuarto estaba con todo cargado y listo para zarpar. Para mi asombro observo una boya y el agua la movía aguas arriba dejando una onda muy marcada lo que me indicaba que el río estaba creciendo desde el Uruguay, el viento en ese momento era norte o noroeste y así mismo el agua crecía contra él. Me llamó mucho la atención ya que cada vez que crece el río Uruguay, nuestro Gualeguaychú también lo hace, por lógica, pero en este caso corría con mucha velocidad aguas arriba, pensé, ¿Quién me inclinó el río al revés?.

Comencé a remar, la mañana aún estaba fresca pero se veía que iba a estar muy caluroso más tarde. Comencé la marcha pensando que si seguía creciendo, al regresar tendría la corriente en contra, pero luego me dije, no creo que siga creciendo todo el día, esto ha de ser una apertura de compuertas de Salto Grande para aliviar el lago de las lluvias al sur de Brasil.

Luego de recorrer un tramo recuerdo que siempre he querido conocer el arroyo Gaitan, y como era temprano aproveché para ingresar en el, mas tarde se llena de pibes con gomeras y por ahí se ponen medio pesados. Ingresé al arroyo, ya en la entrada se ve el daño que hacemos los Gualeguaychuenses, plásticos por todos lados, botellas, bolsas, etc. De todo. Igualmente ingresé, es un arroyo muy cortito, a poco de entrar me encuentro que se bifurca, tomo por la izquierda y lo recorro hasta que se corta por su poca profundidad y se enangosta bruscamente. Paso por un tanque de cemento y luego lo que parece haber sido una especie de muelle o cabecera de puente construida en hormigón. Tengo que averiguar que ha sido esto, en esta zona esta lo que se llama “plaza de agua” que no se qué pito es pero ya preguntaré.

Luego de recorrer ese brazo retorno y tomo por el otro y me encuentro con que está formado por un lecho rocoso, inclusive se ven las formaciones rocosas en las barrancas que son bastante altas. Llego por este brazo hasta la última formación rocosa del lecho que me cierra el paso, es una gran platea de roca.

La mugre me disgustó bastante aunque encontré muchos sabalitos comiendo en la superficie.

Ya saliendo hacia el Gualeguaychú, me encuentro con dos gauchos que iban en busca de una canoa amarrada en el arroyo, los saludo, hacemos un par de comentarios, me elogian el kayak, “Ha de ser lindo pa´cazar capincho” ¿es seguro? me pregunta uno de ellos, si le respondo y nos saludamos luego continué la marcha.

Tomé aguas arriba y al llegar al camping Puerta Del Sol entré en el arroyito Las Locas, que está frente a él, siempre lo hago pues es muy pintoresco y siempre tiene algo distinto, además siempre están presentes las aves, los patos sirirí al llegar al fin del arroyo son infaltables.

Una vuelta, un par de fotos y a seguir. Ya el sol empezaba a hacerse sentir, iba sin remera pero con el chaleco, por lo que solo me quedaban los hombros expuestos y un poco del cuello, me coloqué abundante filtro solar, sombrero y seguí hasta mi descanso programado, una playita frente a lo de Vela. Al llegar a esta playa, desembarqué, recordaba mucho a este palista que perdió la vida en el intento de cruzar el mar de Tasmánia, como tenía el orto después de un par de horas de estar en el kayak. Humildemente sostengo que es cruel, realmente cruel para nuestro cuerpo tratar de pasar un mes o más sobre un kayak, sin poder desembarcar, te dinamita el cuerpo, te lo destruye. Por esto vi como una locura esa travesía, y más sabiendo que el agua de ese mar está helada por lo que no puedes bajarte y quedarte a descansar más de un tiempo mínimo.

Luego de comer unas ciruelas como para darle azucares a mi cuerpecillo, seguí rumbo a un segundo destino, la Zona Protegida o, como dice el cartel, “Paisaje Protegido”. He estado en el pequeño muelle varias veces, pero nunca había desembarcado, así que hoy era el día, al llegar, tengo como referencia una casa pues este muelle está bastante lejos del curso del arroyo, me encuentro con que el muelle no se veía, había muchas plantas acuáticas tapando la entrada, el sol era intenso y había muchos insectos en estas plantas, dudé un segundo, puse marcha a atrás en el kayak, pero me decidí y de una elegí el lugar menos denso de vegetación y me mandé, pude llegar al muelle y utilizando una escalerita de hierro, tipo escalera de molino, desembarqué. Bajé la cámara y subí por la escalera construida con 4 o 5 losetas de hormigón, al llegar a la parte alta encuentro que el monte está muy limpio en esa zona, es solo un pequeño espacio, de el parten unas picadas, algo más anchas y en el centro del limpión una mesa, creo que es utilizada por la o las personas que etiquetan los árboles, ya que en varios encontré una tarjeta plástica escrita con tinta tipo fibrón indeleble con el nombre de la especie, esta está sujeta al árbol con una piola plástica.

Luego de tomar unas fotos seguí, ahora si a mi destino definitivo, la playita que está después del puente de la catorce.

Llegué, desembarqué, bajé el banquito y el almuerzo, una lata de paté, pan, ciruelas y bananas, acompañado con agua desde ya. Luego de comer bajé la hamaca paraguaya y la colgué de dos árboles, de los que quedaron ya que han desmontado bastante, como preparando una pequeña zona de pesca pues han limpiado la costa y unos pocos metros más adentro.

Reposé un rato en la hamaca, pero sentía mucho calor y como estaba sin remera los nudos de la hamaca me provocaban dolor, así que regresé al banquito.

No tenía ganas de tomar mate, así que no lo preparé, luego de un rato me puse la remera para protegerme del sol mientras navegaba, encima el chaleco y zarpé nuevamente rumbo a la ciudad.

De regreso hice una última parada en la playita frente a lo Vela, para descansar el culito y luego seguí, de ahí en más ya no me detuve hasta llegar a puerto.

De regreso había mucha actividad náutica así que debía ir con cuidado porque los muchachos estaban con todo.

Llegué al parque Unzué, descargue todo, puse el bote sobre el auto, saludé a Cucho Rivas Y Hermann Feldkan, los gurises del agua manda y a casa, cansado pero contento, más que nada lo que te desgasta mucho es el sol.

Quedan cosas por contar pero esto se me fue demasiado largo así que lo dejo para comentar después.

Fueron 39 km y algo más de nueve horas



Formación rocosa en el arroyo Gaitan, antiguamente hubo una cantera de piedras aquí.


Que lástima que seamos tan sucios los Gualeguaychuenses


"Parque de diversiones" de los niños de la zona.
No tienen PC, no hay video juegos, este árbol les sirve de pasatiempo


Así se ve el Gaitan cuando se ingresa desde el Gualeguaychú


Somos vivos, cuando llueve sacamos todos los plasticos que andan dando vuelta por la casa y los dejamos en la calle para que el agua de lluvia "Mágicamente" los haga desaparecer, bárbaro, lástima que acá queda nuestra mágia y en la costa de enfrente a la desembocadura de este arroyo es impresionante la cantidad de botellas plásticas que se encuentran entre el monte, el viento se encarga de cruzarlas y las variaciones del nivel de las aguas las va introduciendo en el monte.


Grandes piedras, si no fuese por la mugre sería un bello arroyo




En la siguiente fotografía, el brazo de la derecha es un canal artificial que se contruyó para que el canal Clavarino desaguara mas rapidamente, pues por el arroyo, el cauce original tiene muchas curvas y esto frenaba las aguas de lluvia.
El brazo de la izquierda es el arroyo propiamente dicho.


Así se ve el canal artificial, acá estaba la cantera de piedras, detras de esta barranca que se ve a la derecha de la fotografía estaba el basural municipal


Estas construcciones junto con el tanque de agua pertenecieron al regimiento que estaba acá, eran pontoneros o ingenieros de combate y solían cortar el río Gualeguaychú con sus puentes bailey en épocas de maniobras.


Esto está sobre el cauce original


Hasta aquí pude llegar por el arroyo




Este es el canal artificial, hasta acá pude navegarlo




El lecho de piedra del canal artificial.
Lo que se ve en el agua son las bocas de un cardumen de sabalitos que andaban comiendo

El tanque de hormigón que perteneció al ejército


Un souvenir


Ingresando al arroyo Las Locas




Un incendio destruído una parte importante de este sector











Esta zona de paisaje protegido pertenece a la estancia La Providencia



El la zona a la que se llega desde el muelle se encuentra esta mesa y el monte libre de pastizales, hay algunos senderos que parten desde acá, un poco mas ancho que una picada


Varios árboles han sido etiquetados




Para llegar al muelle hay que cruzar esta tapia







Ruta Nacional Catorce


Oruga de alguna máquina que quedó junto al arroyo



La playita donde almorcé



Modesto campamento, después vendría la hamaca Paraguaya






Esta tortga terminó en alguna olla



1 comentario:

Avena dijo...

che ese muelle tambien es en la providencia? nunca he ido! ahh y las orugas estan puestas a propocito para bajar las lanchas!