Yo no conocía este lugar, solo me lo habían mensionado. Ya al ingresar a estas calles vecinales de tierra, de todos los colores según si estas en una parte alta o baja, te hace sentir algo especial.
Luego de recorrer algunos km llegué a la picada, es un puentecito construido con dos caños y se puede ver a un costado que hay columnas de hormigón que han sido hechas hace algun tiempo para construir un puente de hormigón, pero que ha quedado abandonado.
Según lo que pude observar, el arroyo acá está despejado y es navegable aguas arriba del puente, creo que son unos mil doscientos metros mas o menos los que están despejados, luego el monte abanza sobrelas aguas y lo obstruye.
Del puente, aguas abajo entra directamente en el monte y es de muy poca profundidad, el lecho es arena y piedras pequeñas tipo canto rodado. Esta parte se la puede recorrer caminando por el agua, aunque seguramente se deberán pasar por sobre arboles caídos y ramas que se quedan baradas en ellos.
Como todos los montes de nuestra zona, esa muy bello, también muy cerrado, tiene muchos lugares impenetrábles. Es una zona que se viene salvando del desmonte para la agricultura, y espero que siga así porque nuetra flora y fauna lo necesitan.
Al llegar encontré gran cantidad de peces, no muy grandes, pero si muchos. Hay también muchas aves, al acercarme a un lugar determinado un Martin Pescador detectó mi presencia y comenzó a advertir a las demas aves emitiendo un sonido muy intenso e ininterrumpido, desde ya que traté de no molestarlo, tome un par de fotos y salí del lugar.
Luego de haber visto que se puede navegar seguí viaje y unos metros mas adelante el arroyo vuelve a salir del monte y corre paralelo al camino para luego si desaparecer nuevamente en el monte espeso.
Decidí seguir el camino, sabía que este se une a otro que pasa por el puente de hormigón que está sobre una zona que ya hemos navegado, ademas quería saber si no encontraba alguna calle que me llevara hasta la costa del Gualeguaychú. Un poco despues encuentro una salida a la derecha y la tomo, ya que es hacia ese lado que está el río, pero llego a una tranquera y unas casas, así que di la vuelta y regresé a la vifurcación para retomar el camino por el que venía. Varios km más adelante encuentro la calle que buscaba y tomo a la izquierda, a un par de km estoy sobre el puente de hormigón sobre el mismo arroyo El Gato. Me detengo a tomar unas fotos y mirar como estaba, hacía varios meses que no andaba por esta zona.
El lugar está igual que siempre, muy bello, lleno de peces y vida en el monte, lo que si encontré es un chasis de un auto que los "chicos buenos" tiran despues de que lo han robado y desmantelado por completo. Esto lamentablemente se dá en varios lugares, ya he encontrado restos de autos en tres o cuatro oportunidades.
Para terminar les cuento que seguramente uno de estos días me estaré tirando con el kayak desde la picada, quiero recorrerla aunque se que será un corto viaje, pero en definitiva eso no importa pues lo interesante es lo que se disfruta del lugar y sus paisajes y no de los km que se recorren.
Curvas y contra curvas, tierras que cambian de colores. A la siesta es la hora del lagarto, por la mañana, temprano, con la fresca y a la tardecita, los cuises.
Y llego a la picada, ahí, entre esos sauces está pasando el arroyo El Gato, este es el último camino que lo corta, de acá en adelante recorrerá un tramo de monte y volcará sus aguas al Gualeguaychú.
La armadura sunchada, (el hierro de los tradicionales estribos es reemplazado por un hierro dispuesto en forma de espiral lo que le da mayor resistencia por disminuir la longitud de pandeo) de hierro de las columnas.
Siguiendo el camino se llega, luego de unos kms. al puente de hormigón que es el que hemos recorrido en ocasiones anteriores.
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