Zarpamos desde Ñandubaysal, Marie, Agustín Y yo. El cabezón se fue en barco con la familia y el kayak a la rastra, una vez en el puente se subió a el y anduvo navegando hasta la hora de regresar.
Nosotros remamos de ida con viento en contra y olas no muy grandes de frente.
Una vez que llegamos al puente, luego de dos horas y cuarenta y cinco minutos, avisamos a prefectura de nuestra llegada y nos fuimos en busca de una playa pequeña para almorzar y estirar un poco las piernas.
Luego nos subimos nuevamente a nuestros kayak y navegamos junto al puente mientras duró el acto.
Una vez terminado este retornamos por la misma ruta de venida, el arroyo Pereyra y luego la ensenada Victoria hasta llegar al Ñandubaysal.
De regreso nos toco el mal tiempo que amenazó todo el día, se levantó viento sur y empezó a llover, con el viento llegaron las olas, bastante grandes y por la borda, lo que las hace incomodas para remar y se debe ir muy atento para no volcar. A medida que avanzábamos se ponían mas grandes y el viento era cada vez mas fuerte. Mi preocupación era que no se pusiese mas picado pues nos haría salir del agua y los lugares posibles para desembarcar están muy alejados de la civilización, por lo que de tener que bajar en esa zona deberíamos, o quedarnos ahí a pasar la noche o pedir auxilio a Prefectura, ambas cosas no deseadas por mi, pero por suerte no fue así y llegamos bien al Ñandubaysal.
Fue una buena experiencia en lo que a remar aguas movidas se refiere y se participó de la marcha contra esta gente que se ha empeñado en destruir nuestro río.
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