Una vez en la ensenada nos dirigimos hacia el arroyo, durante este trayecto tuvimos olas de popa un poco cruzadas, bastante molestas, pero no muy grandes.
Entramos al arroyo, como siempre, muy bonito, bastante tapiado ya, dentro de poco no se podrá entrar más. Ahí dimos una vuelta, sacamos unas fotos en medio del canto de distintas aves, una de ellas se prestó a posar para nosotros, parada en una pata en un gajo de un árbol nos miraba a un par de metros, bostezó muy tranquila y seguía mirando sin temer por nuestra presencia.
Luego buscamos nuevamente la desembocadura del arroyo en el río Uruguay, teníamos olas y viento de frente, eso es lo mas lindo para navegar, para mi gusto, me dedique a disfrutar la remada tratando de que el agua que se levantaba en la proa no me mojara pues estaba algo fresco. Probé un poco mas mi bote, sobre todo me interesaba ver como mantenía el rumbo en aguas movidas. La verdad que se portó muy bien.
De ahí, llegamos nuevamente al paso sobre la escollera y entramos en el Gualeguaychú, aguas arriba, hasta la playa que tiene la isla de Los Cañones, en la que descendimos y preparamos unos mates.
Luego regresamos a Ñandubaysal y a casa de Marcelo que Laura nos esperaba con un asado.
Fué un paseo con promesa de lluvia pero por suerte no llegó, igualmente íbamos preparados.
Recorrimos 17,3 km. La pasamos muy bien, aunque siempre quedan ganas de seguir entre esos paisajes.
Hay que rebuscarse
2 comentarios:
Hola, un amigo me pasó el blog para ver el carrito que hiciste para transportar kayaks... y me copé y vi casi todas las entradas del blog!jaja..
muy bueno che, siempre es bueno encontrar gente que "siente" al río como lo siente uno!Yo soy de Rosario, tengo 20 años, el 1er bote lo tuve a los 13, y desde ese día no me despegué más del río..así que disfruté mucho de este blog!Adelante!
Un abrazo desde Rosario,
Esteban Toloza
Gracias Esteban, un abrazo!!!
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